12 de febrero de 2010

Pareciera

Que desde que decidí dejar de suspirarte y asomarme por la ventana cada cinco minutos perdí mi capacidad de escritora. La poquita que tenía y que encontré en un frasquito en la alacena.
Aún te suspiro, de vez en cuando, pero el frasquito se ha roto y lo imprescindible se escapó.
Y yo sigo asomándome por la ventana.