5 de mayo de 2009

Rayuela Capítulo 67, Fragmento.

"Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.

En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano."

Sí que lo es.
Oh rutina diaria que haríamos sin tí.
Probablemente sentirnos más libres y más asustados.

Tengo naúseas y el corazón acelerado.
Maldito café de aroma y sabor a gloria.

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ellos murmuran y ladran.