11 de septiembre de 2009

No bien.

Abrimos la puerta y no encontramos nada.
Nada que valga la pena.
Un mundo que no debimos haber creado nunca.
Lleno de injusticia, de materialismo, de políticas absurdas.
Y lo que es peor, de desesperanza; pues ante todo lo anterior, ¿qué esperanza puede haber?
Si a uno le callan la boca y le abofetean las mejillas.
Se entumece la mente.
Todo estaba mejor sin nosotros, no debieron llamarnos nunca.
Ojalá no hubieran doblado nunca las campanas.

La puerta tenía seguro, ¿cómo la abriste?


Mire a mi interior y esto estaba ahí, saliendo de los encombros.
A pesar de todo, sigo pensando que hay cosas que valen la pena aquí.
No ando depresiva . Quizá sólo quiera sonar inteligente.

2 comentarios:

  1. Me suena a la caja de pandora. Algo que se abrio sin deber haber sido abierto. La pregunta es ¿Y ahora quien cierra la puerta? (haciendo referencia a tu atracción a las "y").
    El último parrafito de abajo es buenísimo, me encanto.
    =D
    Me agrada tu blog, por cierto
    una amiga ya vio punyo y dice que es buena.

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ellos murmuran y ladran.