26 de febrero de 2009

Rebel Rebel.



Ya que estoy aquí me tomaré la libertad de escribir sobre mis desaventuradas pero aventureras aventuras.
Y puse una imagen de Lucky Star porque son bien bonitas ellas.
Resulta que ayer me tocaba ir a la UABC a tramitar mi ficha para seguir al pie de la letra mi plan B, que por cierto va más avanzado que el A.
Y yo, bien gracias, en mi mundo de spaghetti (?), no sabía. Gracias a José Luis por avisarme.
Te debo lo que quieras.
Entonces tuve que hacer el papeleo, copiado, pago y toma de fotos en pocas horas.
Pero salí victoriosa, aunque aún no sé que será de mí. Ya me gustó la idea de quedarme aquí y ser una química farmacobióloca.
El próximo jueves me toca hacer mi examen psicométrico, se darán cuenta de lo mal que estoy...
Esta tarde estaba esperando a mi madre afuera de un famoso restaurante de comida rápida (y por lo tanto grasosa) que se encuentra justo al lado de la garita, justo después de regresar a mi bien amada ciudad.
Cuando de repente mi vejiga decidió que tenía que desechar con extrema urgencia agua y toxinas que mi cuerpo ya no requería.
El trayecto a mi casa es largo, así que acepté que no iba a aguantar tanto.
Después de unos momentos de indecisión y un ligero medio irracional por baños en segundos pisos completamente desiertos, entré.
Subí y me encontré a un muchacho que me pidió mi ticket de compra.
(No quiero comprar el baño dammit, i just wanna pee!)
Aún así se apiadó de mí y me dejó pasar.
El baño de mujeres tiene seguro. (For your safety, the bathroom is only for costumers, please ask the manager for the key.)
Se necesitan más trámites para entrar al baño que para tramitar la credencial de elector...
Hasta que se me ocurrió empujar la puerta del baño de hombres, porque soy bien macha y ajá. De todos modos la única diferencia entre ellos y nosotros es el aparato reproductor y nuestra inteligencia claramente superior. (Sobre todo la mía,yeah right.)
Estaba abierta! Y no había nadie indeseable del sexo opuesto, entonces entré sabiendo que había riesgos riegosos pero al menos pude tranquilizar a mi muy inflada vejiga.
Claro que evité hacer contacto directo con el inodoro, sólo para estar segura.
No me pasó nada y mi cuerpo me lo agradeció.
Y no sé que tiene de interesante esto ni por qué lo estoy escribiendo, pero tuve un poco de necesidad de expresión.
Ya que el sábado regresé un rato a mis raíces otakus y quedé frustrada por no poderme tomar una foto con Akuma.

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ellos murmuran y ladran.